Quienes escribimos libros de fantasía

Quienes escribimos libros de fantasía
Photo by Cederic Vandenberghe / Unsplash
¡Hola! ¿Que tal? Soy David León y soy escritor

Es curioso cómo puedes llegar a presentarte como escritor frente a alguien a quien le suscita mucho interés lo que haces, pero acto seguido, este interés se esfuma como el humo del tabaco cuando le dices que te dedicas al género fantástico. 

Te juro que en más de una ocasión he podido ver los puntos suspensivos dibujándose sobre su cabeza cuando he vivido una situación de estas. 

¿Es que somos frikis o infantiles por dedicarnos a la fantasía? 

La verdad que somos personas muy serias cuando nos dedicamos a construir un mundo ficticio en el que basar todas nuestras guerras, y lo suyo nos cuesta, oiga. 

Bien, pues mi primera novela es un puñetero cuento de hadas (La joven bruja de las estrellas) que tenía su propio reto: por exigencias de la composición literaria y el público objetivo al que iba dirigido, se iba a ver desprovisto de algunos de los pilares fundamentales de una novela (antagonista, giros de trama, etc.) y aun así mi reto era darle una historia coherente aún con estas ausencias.

Soy consciente que editorial Planeta jamás me publicará estos libros, precisamente porque como productos, no son lo suficiente como para venderse por sí solos. Soy sabedor que estas historias cuentan con un nicho muy concreto y unas posibilidades más limitadas. No pasa nada siempre y cuando sea consciente de qué producto es el que estoy escribiendo.

Pues bien, como escritor de fantasía, quiero reclamar que nuestro género es uno de los más difíciles de escribir y expongo el porqué.

La joven bruja de las estrellas y la joven bruja de las esferas
Mi dos obras literarias para el público juvenil.

Nada de lo que ocurre es verdad

Al decantarnos por la ficción, debemos hacer un esfuerzo secular por buscar el grado de veracidad de todas las acciones para que nada de lo que mostramos quede como "algo raro" o superfluo. 

Siempre es complicado esta parte en cualquier género, pero para nosotros se agrava cuando en tu mundo existen hombres con cabeza de elefante que barrita cuando ven un ratón verde con alas. Es jodidamente difícil dar coherencia a todo lo extravagante de este género y que el lector pueda identificarlo como un elemento familiar. 

Qué chorrada lo de los hombres con cabeza de elefante, ¿verdad? Pues quizá no tanto sí nos fijamos en el Dios Ganesha, de la mitología Hindú. 

Tienes la idea, por una parte, y la referencia por otra. Ahora busca un punto intermedio entre la frescura y lo ya conocido para que este elemento sea familiar pero original al mismo tiempo. 

La ficción siempre es complicada por este punto, pero recalco que entre Dioses, monstruos y mortales, la búsqueda de la veracidad se antoja harto complicado. 


Un mundo de 36 horas al día

reloj de 26 horas por dia
¿Días de 26 horas? ¿Y por qué no?

A pesar de que el subtítulo de este apartado parezca una tontearía, realmente no lo es si me explico bien: Muchos novelistas de ficción se centran en una época histórica de nuestro mundo. Ello conlleva un trabajo de investigación apabullante detrás de esto. No pueden saltarse ni un miserable detalle sin que este sea catalogado de Error 404. Errores que pueden llevar a reescribir una buena parte de la novela por una nimiedad. 

Ejercicio: ¿podrías colocar un espejo como mueble de un dormitorio en la Edad Media? Te doy la respuesta a pie de página.

Nosotros no nos centramos en un periodo histórico, y eso puede parecer una ventaja ventajosa, pero realmente es una putada: no contamos con un trasfondo sólido. Podría hacer un libro de ficción ambientado en la España de 1938. Efectivamente, voy a contar con la guerra civil como trasfondo de la historia, pero en el género fantástico, pierdes ese punto de apoyo. 

Tú tendrás que inventarte las naciones, sus líderes y sus disputas, así como sus declaraciones de amistad y guerra. Las efemérides, la cronología y los hechos históricos de mayor relevancia. Realizar un mapamundi no es cosa baladí, sobre todo cuando uno no es cartógrafo ni entiende de accidentes geográficos.

Pero ahí estamos, al pie del cañón, dando existencia a lo que nunca existió. Como dato curioso, en mi segunda novela (La joven bruja de las esferas) incluí una cámara de fotos. No una Polaroid, por supuesto, así que tuve que investigar los antecedentes e "inventar" una miniaturización de la cámara oscura para que este elemento tuviese cierta coherencia. 


Extrapolación de la belleza humana

Muchos pensarán que tenemos la cabeza en las nubes por pensar en animales fantásticos que cobran vida y conviven con la raza humana y otros seres. Pero este dato viene dándose de manera natural en nuestra existencia desde mucho antes de la llegada de la ilustración. Diversas civilizaciones y culturas representaban animales híbridos o antropomórficas, que eran creencias divinas o maléficas. Todo un zoológico imaginario que contribuía a alimentar el espíritu humano.

Lo que hacemos es rescatar esa vieja costumbre de sentirnos representados bajo formas o parajes imaginarios. Investigamos cada recoveco del espíritu humano y lo extrapolamos en forma de gran belleza. Desde el caballero que se enfrenta un poderoso dragón como símbolo de la superación, a un súcubo pernicioso y tentador que representa nuestros deseos y pasiones más oscuras y prohibidas. 

No estamos haciendo nada que no se haya hecho antes, simplemente continuamos lo que iniciaron nuestros ancestros, con la salvedad de que a veces le damos nuestro propio toque de originalidad. 

Mis dos obras y la que tiene que venir en camino, se centra muy mucho en el espíritu humano y cómo puede esta madurar a través de una disciplina. Pero también hablo sobre el límite de la moralidad, la dualidad y otros pensamientos. Puede parecer un tostón hablar de estos temas, pero como no es un libro de autoayuda, todos estos elementos se transfiguran bajo otras representaciones. 

Profundizamos más que otros en la psique humana, aunque no lo parezca

Somos ese otro tipo de escritor

Pienso, y no creo que me equivoque, que en este oficio existen dos tipos de escritores: los que quieren decir algo y los que quieren mostrar algo. El primero se inicia en la literatura haciendo caso a esa vocecilla que durante años le hablaba y cuyos pensamientos y emociones mantenía reprimidos de alguna manera. La feminidad, la política, la sociedad o la persecución de la clase reprimida. Y buscará la manera de hacerse oír a través de una historia en la que pueda manifestarse. 

Luego está el segundo (nos), que sentimos que en nuestro interior existe un mundo que merece ser explorado. Realizamos un trabajo retrospectivo y terminamos por conocernos a nosotros mismos, pues este mundo que sentimos es nuestra propia alma palpitante. Es entonces cuando nos abrimos al conocimiento y nos despojamos del miedo a lo desconocido. Después lo escribimos con nuestras palabras con el fin de mostrarlo al mundo. 

Otra gran diferencia entre estos dos tipos de escritor es que el primero es mucho más directo en transmitir su mensaje a través de su libro. El segundo es más lento: te introduce poco a poco, te presenta sus costumbres y sus personajes, que hablan a través del escritor. Llegas a conocer al autor de una manera más íntima, pero el mensaje de su libro queda cifrado. Nosotros también tenemos cosas que decir, pero nuestros argumentos quedan recubiertos con una espesa capa de frikismo que puede asustar a los lectores más "realistas". (Carita llorando)


Ya ha dejado expuesto que la nuestra no es una tarea sencilla a la hora de escribir fantasía, pero si además lo enfocas al público infantil o juvenil, la dificultad se acentúa. Es relativamente fácil llamar la atención de un adulto para que te lea, pero si consigues que te lea un joven, tienes un mérito ganado que quizá ni sepas de su importancia. Y te la resumo en dos apartados: 

1 - Un infante tiene una capacidad de imaginación abrumadora, una que con la edad se acaba perdiendo. Si consigues maravillarle con tu mundo, estás de muy enhorabuena. No solo estas demostrando una imaginación apabullante, sino que además, tienes mucha conexión con tu niño interior. 
2 - Un infante tiene muchas otras distracciones y muy estimulantes además, que consigas detenerle para que centre toda su atención en tu libro, eso es sinónimo de la calidad de tu obra pues habrás impuesto tu capacidad narrativa al mismo nivel de estimulación de todo lo que le rodea (y hoy dia no son pocas).  

Me vanaglorio de poder decir que una niña de 6 años ha leído mi novela dos veces (LA JOVEN BRUJA DE LAS ESFERAS) de casi 300 páginas. La niña quedó con las ganas de leer más cosas que llevaran mi nombre. Así que, ¡qué carajo!, sigamos escribiendo aunque el número de ventas no sea el esperado.

El éxito a veces se mide con pequeños logros que refuerzan el alma.

¿Llegará el día en que nos lea una IA con capacidad de asombro?
El espejo, como mueble de habitación, empieza con el siglo XVI, pues aunque durante los dos siglos anteriores se citan algunos ejemplares históricos apenas era conocido y su uso era poco corriente.

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