Mi trayecto literario (2ª parte)
2011 - mi debut como escritor
Había conseguido ampliar mi cuento de 6 páginas a 34. Seguía siendo corto, pero ahora había acertijos y personajes nuevos. Decidí cambiar el título y suprimir el término “cuento”. Ahora se llamaría “La joven bruja de las estrellas”.
Fui buscando editoriales por Internet, pero por alguna razón, no encontré información útil. Encontré una de Madrid y les envié un correo con mi manuscrito. Respondieron más tarde para darme una valoración positiva y la promesa de sacar una edición de 500 ejemplares. Yo estaba cantidad de contento, parecía haber conseguido mi propósito sin mucho buscar. Lo que ellos me proponían era una edición conjunta entre Autor y Editor, lo que comúnmente se llama Coedición.
Tuve que pagar una parte del proyecto, la mitad para ser exactos. Y así, en 2011, mi primer libro se puso en venta después de firmar un contrato de apenas 10 cláusulas.
El proceso de edición tardó unos meses largos y, mientras se iba fraguando mi decepción futura, ya había comenzado a escribir una secuela, una que era una leyenda y se inspiraba en el personaje bíblico de Moisés.
2013 - y llegó la secuela
Había dejado atrás uno de los años más infernales en mi carrera militar: 2012 había sido un año repleto de incendios forestales y la llamada del deber nos mantuvo bien firmes, cumpliendo un récord personal de 40 horas sin dormir.
Ya había terminado de escribir mi segundo libro y se pondría a la venta en breve con la misma editorial y con las mismas condiciones.
Me gustó tanto lo que hice con el libro anterior que repetí la misma fórmula y ofrecí un libro más amplio. Ya no era un cuento, era una novela de aventuras, y como bebía del primer libro, supe que su título debía hacer alusión a su antecesora. En 2013 nació “La joven bruja de las esferas”. Pero me fui dando cuenta de qué pie cojeaba la Coedición.
2014 - cuando eché el freno de mano
Ese año abandonaría el ejército y volvería a mi tierra. La Joven Bruja de las Esferas había conseguido buenas reseñas y sus lectores se habían hecho un hueco en Blogs de Internet. Estaba contento con ellos, no así con la editorial. No ofrecían apoyo apenas y en ningún momento me dijeron de organizar una presentación. Nada de entrevistas ni eventos cercanos. Organicé yo solo una presentación que fue un desastre…
Ese año me cerré en banda y a Dios puse por testigo que nunca más volvería a Coeditar. Volvería a Barcelona y allí encontraría un editor que apostase por mí, que quisiera trabajar en la obra y me diese oportunidades. Tenía fe absoluta en mis obras y creí que tenían hueco en este mundo porque no eran unos libros de fantasía al uso, no eran uno más, no era un “señor de los anillos” o un “Harry Potter”, eran mis brujas y había pasado años esforzándome para darle mi propio estilo.
Barcelona era grande, debía haber alguien dispuesto.
Por si te lo perdiste...
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