Escritor de brújula vs. escritor de mapa ¿Cuál eres tu?
Escribir una novela nunca es un trabajo fácil. Siempre supone un reto, aunque tengamos totalmente claro sobre qué queremos escribir. Gran parte de ello radica en la capacidad de organización del autor. Según la ambición de su libro, requerirá de más trabajo o menor empeño.
Ahora me doy cuenta, y desde mi punto de vista, que el escritor “de brújula” es un mal método para trabajar. Siempre va a ser mejor adoptar una postura de escritor de mapa.
Hablando en grandes rasgos: una planificación previa de la novela va a allanar mucho el camino. Sin embargo, no siempre se requiere elaborar un plan de acción detallado y podemos permitirnos el lujo de escribir sobre la marcha.
¿Pero de qué te estoy hablando? Hablo de la postura del autor a la hora de elaborar el borrador de su libro. Existen dos tipos y se les llama escritores de brújula o de mapa. Te explico quienes son.
Con la brújula señalando al norte
Estás sentado en tu casa, haciendo la tarea más cotidiana de la vida, como preparando café, por ejemplo (¿te lo has tomado ya conmigo?). De repente, te surge una inspiración, una idea. Te gusta cómo se proyecta en tu mente, las figuras que van tomando forma y el tipo de iluminación que delimitará la longitud de las sombras.
Corres a escribirlo sobre tu libreta o en el ordenador mismo, aunque si eres de los que escriben con carácter de urgencia las ocurrencias del momento, casi seguro que lo escribirás con papel y bolígrafo.
Escribes directamente lo que se te ha ocurrido, empiezas por la chispa que te ha dado la iluminación y, al acto, vas describiendo una imagen que se va desarrollando a medida que vas escribiendo.
Así, a lo loco, sin planificar. No sabes a donde te va a llevar y sabes que aquello no es el comienzo, pero sabes que es algo y vas a empezar por ahí.
Esto es un escritor de brújula. Escribe sin saber qué va a hacer a continuación, no sabe cómo se va a desarrollar los siguientes escenarios. Por consiguiente, los personajes surgen casi al azar y los va colocando como piezas de un puzzle. Pero eso no significa que las piezas encajen…
Se les llama así, puesto que solo necesitan saber donde señala la dirección que desean tomar y tiran millas, sin saber qué habrá en mitad del camino e iniciando el viaje con la mayor brevedad. Suelen encontrar problemas por el camino.
En lo personal:
Algunos piensan que esta faceta les otorga una capacidad digna de prodigio, pero no hay nada prodigioso en hacer el camino de santiago con la ropa puesta, sin mudas y con una barrita de chocolate metida en el bolsillo.
Está bien ir escribiendo las cosas según las vemos en la cabeza, pero si nuestra excursión pretende ser larga, más vale una buena preparación previa antes de empezar a escribir el borrador de nuestra novela.
Yo antes jugaba de esta manera, pero mi última novela (aun en desarrollo) ha sufrido cambios constantes, muchas modificaciones y reescritos de capítulos enteros, precisamente por no haber hecho una planificación detallada de una novela que puede alcanzar entre 500 y 600 páginas, según preveo.
¿Cuándo me ha funcionado ser escritor de brújula? Cuando he tenido que escribir algo corto. Pero incluso mi novela más breve de 80 páginas necesitó una planificación aunque estuviera metido en mi cabeza. Sabía como quería que empezara y acabara, y las cosas que irían ocurriendo por el camino.
Trazando rumbos en el mapa
Estás sentado en tu casa, viendo la tele cuando, de repente, se te ha ocurrido una idea que podrías desarrollar. La piensas sin muchas ganas, pero incides poco a poco en esa nueva idea y parece que te va gustando.
Termina el capítulo que estabas viendo y te diriges al ordenador. Buscas información sobre esa idea, si ya ha sido inventada o si existe algo parecido. Descubres que no es un tema muy recurrente y te encuentras que quieres escribir una historia sabiendo que no habrá muchas referencias por las que guiarte.
Te pasas los siguientes días leyendo blogs, periódicos digitales y plataformas que hablan de esa temática. Creas un archivo donde vuelcas toda la información que te parece importante. Al parecer, estás dando forma a algo de lo que no se tiene mucho concepto.
Van pasando las semanas y ya tienes información suficiente como para empezar a dar las primeras pinceladas. Primero eliges la temática, luego el género. Piensas el público objetivo al que irá dirigido. Te decantas por una voz narrativa y planificas el orden cronológico de tu próxima novela.
Creas a los personajes, los describes y señalas sus rasgos distintivos. Inventas una biografía de cada uno de ellos y decides el rol que van a tomar.
Ahora sí, puedes ir ensamblando los capítulos. Separas la trama por la introducción, desarrollo y desenlace. Escribes una frase que resuma un capítulo completo y lo ubicas en su zona correspondiente. Luego escribes una sinopsis completa para cada uno.
Ya tienes todos los elementos dispuestos para empezar a escribir lo que será el borrador de tu novela.
Esto es un escritor de mapa. Es una persona que, atendiendo a la magnitud de su proyecto, decide invertir tiempo en sentar las bases de su nueva novela. Es una persona que no escribe nada si no sabe sobre qué está escribiendo, así que suele buscar información y constatarla hasta la exageración. Pueden pasar semanas desde que le surge la idea hasta que se pone escribir, atendiendo al proceso de información, investigación y ensamblaje técnico de la novela.
En lo personal:
Desde que aplico este sistema en todos mis proyectos, me recorre siempre una sensación de tranquilidad al saber que lo tengo todo atado y bajo control. Cualquier manuscrito que esté escribiendo, ahora está esquematizado y organizado, de tal manera que ofrezco una información que puedo volver a consultar siempre que lo necesite.
Ahora ya no escribo sin saber qué va a ocurrir en todo momento, así evito bloqueos creativos. Sé donde empieza la historia y dónde va a empezar la novela en la cronología. Sé donde va a acabar y si va a tener final cerrado o abierto. Señalo los lugares donde van a haber flashbacks o giros en la trama. La cuestión es no dejar huecos vacíos.
Planificar una novela puede suponer un ataque a nuestra paciencia, ya que lo que queremos es escribir enseguida. Pero esta es una técnica que se emplea en otros muchos ámbitos relacionados con las letras. Desde el periodista que investiga antes de escribir su columna, o el redactor de contenido SEO que necesita volcar una base de datos con métricas y palabras clave. Ser un profesional radica en hacer bien una tarea, y la literatura no es ajena en este asunto. Por supuesto que existen muchos otros aspectos que indican la calidad de una novela, pero esto merece una entrada aparte.
Si no sabes como planificar una novela, te ayudaré a facilitarte algunos recursos que pueden ser de ayuda. Pero no te frustres, yo aún utilizo papel y bolígrafo.
Si hace falta decirlo, en esto de la literatura soy autodidacta. No he acudido a talleres de escritura o narrativa. He aprendido a través de ensayo y error. Otras veces ha sido investigando profundamente, aprendiendo mientras leía a otros lo que tenían que decir.
Mi madurez ha ido siendo progresiva a lo largo de los años, sin forzar nada, totalmente fluido. Si quieres conocer mis inicios, puedes echar un ojo a mi trayecto literario.
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